A medida que las aulas se llenan de nuevo con el regreso de los estudiantes, una nueva herramienta educativa está dejando su huella: los esports. Esta competencia digital no es solo un fenómeno cultural y social, sino que también está emergiendo como una herramienta educativa potente y transformadora.

Los esports ofrecen un enfoque inclusivo y revolucionario para el desarrollo de habilidades blandas y el aprendizaje STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En el núcleo de los esports está el fomento del trabajo en equipo, la resolución de problemas y la gestión de la presión en un entorno divertido y competitivo, mientras se abren oportunidades profesionales emocionantes. A través de la comunidad de esports, los estudiantes pueden desarrollar habilidades STEM o apoyar un aprendizaje STEM más efectivo. Esto implica trabajo en equipo, resolución de problemas, ciencia de datos, tecnología de internet y codificación.

Por ejemplo, los estudiantes entusiastas de los esports a menudo se sumergen profundamente en sus juegos para mejorar sus habilidades y rendimiento. Se involucran con datos o se adentran en la mecánica del equipo para aumentar su tasa de victorias. Este proceso es en sí mismo una forma de aprendizaje, razón por la cual un número creciente de escuelas están utilizando los esports como plataforma de aprendizaje.

Desde una perspectiva social, la comunidad de esports fomenta el trabajo en equipo, ayudando a los estudiantes a adaptarse a la sociedad después de la graduación. Enseña deportividad y respeto por los oponentes, incluso en la derrota. Aprender a manejar el fracaso y la frustración es una lección vital que los esports pueden impartir desde temprano. Además, proporcionan interacción social para estudiantes que pueden tener dificultades en entornos sociales tradicionales. Organizaciones como la OMS han colaborado incluso con empresas de juegos